Cómo pintar en la mente de la gente

Una de las cosas que echo de menos de mi antiguo bar de copas (en el casco histórico de Úbeda) eran los turistas y forasteros peculiares que aparecían por allí.

 

Me encantaban las noches entre semana de enero o febrero, con frío o con lluvia.

Solía servirme un buen whisky, a poder ser Macallan, ponía un concierto en directo en las pantallas de los Pink Floyd y me quedaba esperando a ver si algún loco se dejaba caer.

Una de esas noches, conocí a un tipo con mucha barba, muy larga y blanca (rollo Gandalf) que decía que tenía una tienda de antigüedades en un pueblo perdido de España que ya no recuerdo.

La tienda en sí no tenía nada de especial, pero él tenía fama de vender cualquier cosa como si fuera oro. 

Me contó que se dedicaba a comprar objetos antiguos y muchos inservibles que tenían alguna historia detrás.

Después, el tipo contaba o transformaba la historia sobre el objeto de tal forma que todos terminaban comprando.

 

Por lo que me contó, un día llegó una clienta que no creía ni la mitad de lo que decían sobre él.

Le dijo: Véndeme algo tan absurdo que nadie con dos dedos de frente lo compraría.

El tipo sacó un clavo antiguo y oxidado que ni siquiera servía ya ni para colgar un cuadro. 

Por lo visto, el clavo perteneció a un asesino español muy conocido, que lo utilizó para clavar un aviso en la puerta de una de sus víctimas.

Básicamente, clavaba un papel con un mensaje en las puertas, y con el tiempo, uno de esos clavos misteriosamente terminó en su tienda de antigüedades.

La mujer terminó comprando aquel clavo antiguo y oxidado por 9€.

 

Días después, la clienta regresó diciendo que desde que tenía ese clavo, escuchaba golpes en sus paredes de martillazos constantes y tenía miedo.

Quería saber qué coño estaba pasando.

Él se quedó sorprendido. 

Le dijo que el clavo era solo un objeto y que no tenía más trascendencia más allá de esa historia.

La tía decía que no podía dormir por las noches y que quería devolver el clavo o lo iba a tirar a la basura.

Este tipo dijo, vale, no te preocupes, le devuelvo el dinero y me das el clavo.

Al cabo de los días esa misma clienta se pasó por la tienda y le dijo que solo era el vecino que estaba de obras en su casa y por eso daba martillazos.

Nos reímos de la historia, le serví otro whisky, hablamos de más cosas y el tipo se marchó.

Pero al limpiar la barra me di cuenta que dejó una nota que ponía: Antigüedades Salomón, su número de teléfono y justo al lado, amarrado, un puto clavo antiguo y oxidado...

Menudo genio.

 

Aquella noche, por lo que fuera... decidí cerrar el bar un poco antes de tiempo e irme a casa y llevarme encima el bate de béisbol (de autodefensa) que teníamos escondido detrás de la barra.

 

Lo que vendemos no es solo un producto o un servicio: vendemos la forma en que ese producto se clava en la mente de la gente y lo transforma.

Decir NO vende más

➱ Si eres emprendedor y tienes un negocio...

➱ o eres freelance, o autónomo, que es lo mismo... ya que el Estado te sabla igual.

➱ o eres copywriter, básicamente: alguien que escribe para vender. Una habilidad tan antigua como el comercio. Aunque muchos crean que esto es algo nuevo, encontraron un anuncio en papiro del 3.000 a.C. en Tebas (Egipto) donde un comerciante buscaba a su esclavo perdido, pero de paso, el cabrón promocionaba su negocio de ropa.

➱ o simplemente estás pensando en montártelo por tu cuenta algún día.

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A muy pocos escribir. 

La cosa cambia cuando ven el dinero que pueden hacer con ello.