Hernán Cortés llegó a tierras desconocidas con apenas 400 hombres, sabiendo que rendirse y volver no era una opción.

Ordenó quemar sus barcos.

O conquistaban o morían.

No había plan B. No había marcha atrás. Solo quedaba avanzar sin miedo.

Te han domesticado con trucos baratos.

Donjuanes de la vida son los que ahora suben hasta lo más alto en el poder.

Da igual si viene de la iglesia, del gobierno o de la sociedad, siempre usan la misma fórmula: asustarte, hacerte cargar culpas ajenas y llenarte la cabeza de cuentos para que no cuestiones nada.

Pero el truco se rompe si no les compras el miedo.

• Sin miedo, no te controlan.
• Sin miedo, no te arrodillas.
• Sin miedo, no hay cadenas que te aten.

Quieren que trabajes hasta el desmayo creyendo que así serás libre, pero solo estás engordando la billetera del jefe, del dueño o del líder político.

Te clavan la culpa con elegancia. Te hacen sentir responsables de problemas que no son tuyos.

Es tu culpa y por eso debes pagar más impuestos. Por eso debes callarte y mirar a otro lado.

Es tu culpa, debes bajarte los pantalones ante otro...

Yo confieso ante el Estado Todopoderoso, y ante ustedes ciudadanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Desconfía siempre de aquellos que te venden felicidad y seguridad. Pues será a cambio de tu bien más preciado: tu libertad.

Si no valoras la libertad no te valoras a ti ni me valoras a mí, por eso ya puedes ir saliendo de aquí.

Y te meten en una jaula con wifi y Netflix y te llaman ciudadano ejemplar.

La jaula no necesita barrotes si consiguen que tengas miedo de salir. No necesitas grilletes si te convences de que estar encerrado es lo correcto.

La libertad no se pide, se toma, se gana.

Y se gana con coraje. No es cortesía, es conquista.

Son siempre los que no progresan los que no quieren que progreses.

Los que no quieren que mejores, que sobresalgas, que pienses diferente o que hagas algo fuera de lo común.

Te desacreditan, te critican, te juzgan.

Curiosamente, la gente le tiene miedo a casi todo… menos a criticar al que gana dinero y tiene éxito.

El miedo está en alza.

La gente le tiene miedo a vender... miedo a ganar dinero.

Miedo a que le vendan. A reírse de sí mismo. A que le digan que no. A ligar. A decir no. A hacer el ridículo. A escribir. A llamar por teléfono. A mandar un email cada día. A pensar. A pensar diferente. A emprender. Al error. Al fracaso. Al jefe. Al despido. A hablar en público. Al qué dirán. A la libertad. A la muerte.

Y por supuesto... a Hacienda.

Pero cuando empiezas a no depender de la crítica o el aplauso de nadie… cuando te da igual lo que piensen los demás, cuando te resbala la opinión de un ofendido de sofá… ahí es cuando dejas atrás el miedo.

Cuando te separas del poder, de la masa, de lo colectivo, de la moda, de lo mediocre...

Ahí es cuando encuentras tu propio camino.

Ahí... es cuando empiezas a ser libre.

Y aquí abajo, para vender más con tu negocio...